6.01.2007

piano.

caray!, quien iba decir que iba a llegar el día en que extrañara verte/escucharte tocar el piano, se que pensabas que no me importaba mucho, la verdad es que nunca me importo nada, [es que eso nos quitaba tiempo para besarnos y tocarnos], además nunca entendí tu lenguaje, ni todos esos nombres que pronunciabas con un extraño acento. Todas las piezas me parecían tan iguales, menos esas que sonaban como de película del western, eran mis favoritas, ahora ya no importa , ya no estas tu y lo peor ya no esta tu piano. Pero como de costumbre la vida se encargó de que me lamentara del pasado, tal vez de no aprovecharlo, el tiempo pasó, ( ufff como se van los años) despues me encontré sentado frente a un pequeño piano de cola mignon, con mis dedos llorando de impotencia y unos ojos ajenos sugiriendome que no les era divertido escucharme, total que ahora que mis tardes dominicales las paso entre adagios, la verdad es que Chopin, Liszt, Beetho, Mozart, Shubert y hasta el tal Rachmaninov ( que ahora se que no era un luchador) coincidimos en una cosa, quisieramos que estuvieses acá, no para otra cosa, solo para decirte gracias, gracias por tu música.

1 comentario:

Pequeña Saltamontes dijo...

Nunca es tarde para decir "gracias".